Barra de Valizas, mar de pesqueros y noctilucas
- Texto & Fotos MAREAVIVA
- 29 dic 2015
- 2 Min. de lectura

Más conocido como Valizas este es un balneario casi secreto de la costa de oro rochense. Es el vecino del conocido destino internacional Cabo Polonio y se asemeja bastante a una playa argentina de esas pocas que aún quedan sin descubrir. Sus simpáticas y rústicas callecitas de tierra cuentan con innumerables casitas rústicas de madera y de colores, muchas pintadas con grandes murales. Cuenta con una población anual estable de trescientos cincuenta habitantes que se incrementa en verano con la llegada de turistas, artesanos, trabajadores de temporada y dueños de casas de veraneo.

Valizas amanece con el sol en el mar que va, poco a poco, subiendo sobre las agrestes y blancas dunas, arenas que tienen el campo como fondo con bosques desperdigados en algunas de sus lomas detrás de las cuales, horas más tarde, el sol desaparecerá. Redes, boyas y barquitos son la ambientación natural de este apacible pueblo pequero donde el cielo de la noche se extiende y despliega los destellos de la vía láctea. Mientras, algunas noches especiales, son las noctilucas, destellos fosforescentes como bichitos de luz acuáticos las que iluminan la negra manta del mar que viene y que va.

Salimos a caminar, a recorrer el pueblito y, sin saber a dónde llegaríamos, subimos unas dunas de arena que dan al mar. Al llegar a lo más alto somos como un marino gritando tierra a la vista, pero a la inversa: mar a la vista. Desde esta altura se ve el agua calma y plateada en su máxima extensión. Mirando hacia el sur las dundas de arena del pueblo vecino polonés separadas por el tramo final del arroyo Valizas que conecta la Laguna de Castillos con el océano Atlántico. Es allí donde las balsas pesqueras esperan salir mar adentro y es, detrás de ellas, que el sol cada vez más naranja se esconde, entre los árboles, en el poniente.
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